La decisión de llevar la competición del mundo del motor que más dinero mueve a las calles de Valencia me ha parecido un completo acierto. Desde la comunidad valencia se han especializado en promocionar deportes como la Copa América de vela y el mundial de motociclismo, deportes que se caracterizan por mover una ingente cantidad de dinero allá por donde van. Ahora le han echado el guante a la Fórmula 1, aprovechando el tirón que Fernando Alonso tiene no sólo en España, sino a nivel mundial.
No podemos olvidarnos del peso que tiene en la comunidad valenciana la firma TOYOTA, que patrocina al Valencia C.F y que en la F1, amén de no cosechar buenos resultados, es uno de los equipos con mayor presupuesto.
Hasta aquí podríamos quedarnos embelesados con la capacidad de las autoridades valencianas de pescar magnates de la industria del deporte, pero las cosas tienen una especie de tufillo que me gustaría recoger aquí. El dueño del circo de la F1, Bernie Ecclestone ha supeditado la firma final de la lelgada de la F1 a Valencia a que las cosas sigan como están después de las elecciones de Mayo. Es decir, como ha dicho el propio Ecclestone: "el contrato no se firmará hasta después de las elecciones, cuando gane Camps". Evidentemente, las críticas no se han hecho esperar (ELMUNDO.es). Más allá de que esto sea un chantaje o sea algo propio de una campaña electoral, no me gusta la actitud que desde siempre ha tenido Bernie Ecclestone hacia la política española. Desde hace tiempo, éste señor ha hecho campaña a favor de determinados políticos que, curiosamente, han sido populares.
Bajo mi punto de vista, NO ME CABE LA MENOR DUDA de que José María Aznar está detrás de gran parte de las conversaciones que habrán tenido lugar para llegar a este acuerdo (como asesor de los de cazo, o más bien batería de cocina completa). Y no sólo José María Aznar, sino que Alejandro Agag también se ha caracterizado por saber sacar partido de los contactos de su suegro. Tiempo al tiempo, pero esto... blanco y en botella.
Si álguien duda de la filia del señor Ecclestone por José María Aznar, podemos verle en acción en un gran premio de F1 en el que prácticamente agarra de la camisa a un periodista para que entreviste a nuestro ex-presidente.
Las conclusiones que saco son: que el reportero no tenía ni idea de quien era José María Aznar, que éste es muy amigo de Ecclestone y que la entrevista de menos de diez segundos no será es precisamente digna del premio Pulitzer.
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