28 junio, 2007

De cómo el PP pedía medallas rojas en vez de amarillas

Tras la explosión, la onda expansiva. Esa es mi conclusión de lo que está sucediendo tras la muerte de seis soldados en el Líbano. Asistimos estos días a las reacciones políticas a estas muertes más o menos acertadas.
Sin ir más lejos, ayer en la sesión de control al Gobierno el Partido Popular se dirigió al Presidente del Gobierno en términos como "vergüenza" para referirse a la situación de los soldados españoles en el Líbano. Empezaré por decir que me resulta curioso que Mariano rajoy califique la situación de nuestro ejército como vergonzosa en base a que los vehículos de combate BMR no estén provistos de inhibidores de radiofrecuencia para evitar la activación a distancia de explosivos. Básicamente, el equipamiento de nuestras tropas con este dispositivo se decide en el año 2005, con lo que Mariano Rajoy debería de hacer autocrítica de todos los Gobiernos anteriores al año 2005 por tener a nuestras fuerzas armadas equipadas de forma vergonzosa.
Por otra parte, si nos remitimos a que ningún ejército en la zona cuenta con este tipo de inhibidores de radiofrecuencia en sus vehículos de combate... me pregunto yo si esta situación es tan vergonzosa o no.
Y dando una vuelta de tuerca de las que me gustan al tema, se le podría haber preguntado a Mariano Rajoy por la diferencia entre morir por la patria en una misión (de guerra o no) y morir por la patria en un Yak-42 de vuelta a casa, una vez que ya has cumplido con tu deber. Porque lo que a mí me resulta vergonzoso, señor Rajoy, es que las declaraciones ante el atentado y la muerte de seis soldados desde el Partido Popular, vertidas por Eduardo Zaplana, sean "no nos vamos a comportar como lo hizo el Partido Socialista cuando hubo otras tragedias". Lo que sí sería una vergüenza es que el Gobierno gestionase esta crisis como gestionó Federico Trillo el accidente del Yak-42, metiendo cadáveres en bolsas sin identificar, teniendo a las familias engañadas e incluso pidiendo a éstas que incinerasen los cadáveres para escurrir el bulto. LO VERGONZOSO SERÍA QUE ESTE GOBIERNO HUBIESE ACTUADO COMO LO HICIERON USTEDES.
Más allá de ser o no una vergüenza la no utilización de inhibidores, para el Partido Popular lo fundamental es que a un soldado muerto se le ponga una medalla roja en lugar de amarilla. Se trata simplemente de que consten estos seis soldados muertos como "muertos de guerra". No por el honor a las familias, sino para que quede bien claro que España está en una guerra. La bazofia que se vierte desde el Partido Popular es tal, que se hace campaña electoral diciendo que "si soy elegido Presidente del Gobierno otorgaré la medalla roja a estos soldados". Por un puñado de votos, con un par.
Y para terminar la cuadratura del círculo, Mariano Rajoy le pide al Presidente que "diga la verdad". Es decir, el señor Mariano Rajoy asegura que el Presidente está mintiendo, ya que no dice la verdad. Se trata de que Zapatero diga que España participa en una guerra, lo demás no importa.
Sinceramente, que España esté participando en una guerra o no en Haití, en Afganistán o en el Líbano me importa un bledo. Lo que sí me resulta extraño es que en Irak España fuese un "apoyo logístico" sin discusión, pero que en las actuales intervenciones militares España esté en una guerra, también sin discusión por parte del Partido Popular.
Más allá de que se esté en una guerra o no, parece que el Partido Popular se empeña en obviar cierta parte de la indumentaria de nuestros soldados en las actuales intervenciones militares. Algo que diferencia cualquier guerra o misión de paz en la que participe actualmente el ejército español respecto a la "intervención logística" en Irak. Basta con echar un vistazo a la fotografía inferior para que cualquier intento del Partido Popular por criticar al Gobierno en esta cuestión sí sea un auténtica vergüenza.

No me tome usted el pelo, señor Rajoy.