"Más vale barcos sin honra que honra sin barcos". Esto es lo que ha debido de pensar Rafael Simancas cuando Miguel Sebastián le ha puesto su dimisión y acta de concejal por Madrid encima de la mesa. Al revés que en la pérdida de las colonias, cuando la honra estaba por encima de los barcos, en Madrid la honra ha quedado para los nostálgicos de la historia colonial española. No hace ni una semana me aventuré a decir que en Ferraz tenían ya preparado un ataúd tamaño Sebastián para la noche del 27-M. Y apenas 4 días después leo en ELMUNDO.es un encabezado en rojo que resalta la siguiente noticia:
URGENTE: Miguel Sebastián dimite tras el fracaso de su candidatura a la Alcaldía de Madrid. Sebastián ha presentado su dimisión al secretario general del PSOE en Madrid, Rafael Simancas, y no a va recoger su acta de concejal, según confirmaron a Europa Press fuentes socialistas.
Generalmente, cuando una manzana se pudre, empieza con la entrada de un insecto en ella, dejando unos huevos que en breve se convertirán en larvas que irán devorando y defecando el interior de la aparentemente impoluta manzana hasta que la podredumbre rebose por todas partes. Sin ánimo de ofender a nadie, ni tachar a José Luís Rodríguez Zapatero de mosca ponedora de huevos o a Miguel Sebastián de larva (sino pupa) que devora y estercola el interior de una manzana, sí diré que en la manzana podrida de Madrid hace mucho tiempo que se debería de haber llevado a cabo una limpia. Un raspado que sacase de esa organización huevosa, larvas y todo aquello que esté contaminado.
Una buena limpia a un año de elecciones generales le puede dar a Zapatero una nueva legislatura como presidente del Gobierno. Por el contrario, dejar que la podredumbre aflore y degrade todo lo que queda de la manzana madrileña podría costarle al Partido Socialista quedarse por detrás del Partido Popular en número de votos en las próximas generales.
Sin embargo, imaginémonos que en Madrid se hubiese presentado nuevamente Trinidad Jiménez a la alcaldía de Madrid, hubiese mostrado sus propuestas, amén de su sonrisa y se hubiese perdido el 27-M. Si esto hubiese pasado, se podrían sacar varias conclusiones: que Trinidad Jiménez no era capaz de derrotar a Alberto Ruíz Gallardón; que el proyecto socialista para Madrid estaba caducado y por tanto habría que cambiarlo, que habría que realizar una nueva apuesta más ambiciosa... ¿Qué pasaría si fuese después del 27-M cuando se designase a Miguel Sebastián para representar al Partido Socialista en Madrid? ¿No sería mejor mantener posiciones ante una posible derrota que lanzar a un pírrico soldado ante las huestes del enemigo para que literalmente lo vapuleen?
El problema del Partido Socialista en Madrid es que se ha realizado un cambio antes de tiempo. Bajo mi punto de vista, es aborrecible políticamente que un señor pida el apoyo de los ciudadanos para posteriormente irse, con o sin las rositas, si en las elecciones vienen mal dadas. Por ello tampoco entiendo que a Trinidad Jiménez se le haya permitido irse o se le haya echado antes de terminar los cuatro años para los que se le votó.
Desconozco quién podrá hacerse cargo del Partido Socialista madrileño, pero sea quien sea deberá hilar muy fino para que desde la capital se dé imagen, cuando menos, de partido. Tendrá algo menos de un año para lograrlo.