06 enero, 2011

La alfombra roja para la llegada de Rajoy a la Presidencia del Gobierno

Hace un tiempo que tengo el presentimiento de que los próximos 18 meses van a ser muy difíciles para el Partido Socialista. Difíciles en el sentido de que se va poder comprobar cómo el propio Zapatero ha tendido una alfombra roja al Partido Popular y a Mariano Rajoy desde Génova a la Moncloa. Un trabajo a pico y pala, me atrevería a decir.
Sinceramente, que Zapatero haya o no acabado con su crédito me es indiferente. Es el que Presidente que hay y no tiene visos de nombrar a ningún sucesor, por lo tanto pase lo que pase estamos condenados a que Zapatero se enfrente a Mariano Rajoy en las próximas elecciones generales de Marzo de 2012. Y estoy seguro de que se presentará Zapatero a una nueva reelección, faltando a su palabra de no ser Presidente más de dos legislaturas, ya que de no hacerlo se tendría que llevar a cabo un proceso de elecciones primarias para el que es demasiado tarde. Las primarias son ya una condición ineludible para la militancia socialista y su convocatoria, debate y elección de candidato a la Presidencia llevaría un tiempo bastante mayor que el año y pocos meses que restan para la cita electoral. Y no sólo por la organización de dichas primarias, sino porque si ya es delicada la situación del Partido en las encuestas, afrontar unas generales con un líder nuevo y recién salido de unas primarias sería un suicidio para el Partido. Unas generales implican minutos y minutos de cámaras, de informativos, de páginas de prensa escrita que no tendría el nuevo candidato. Los flashes de su elección y el 'boom' mediático que supondría su salida a la palestra no bastarían a mi entender para llegar al electorado. Y esto sea quien sea el elegido, tanto Rubalcaba, como Chacón (descarto conscientemente a José Blanco).
Estamos pues ante un nuevo duelo Zapatero-Rajoy. Duelo que no va a existir. No hay nada a día de hoy absolutamente nada que impida a Mariano Rajoy vapulear a Zapatero en las próximas elecciones. Mucho va a tener que buscar en las cloacas del Gürtel el diario EL PAÍS para conseguir no ya que Rajoy no gane, sino que no consiga la mayoría absoluta. Quizá sea mucho vaticinio, pero mi pronóstico es de un absoluto bochorno a las 21:00hs del próximo marzo de 2012 en la sede electoral del Partido Socialista. Y la desbandada de votos en Cataluña especialmente será tal, respecto a las pasadas generales, que desde Ferraz habrá que dar gracias a CIU de que el PP no consiga los mejores resultados de la historia, mientras el PSOE apenas conservará los 130 escaños.
La alfombra roja está tendida. Con políticas, con declaraciones, con nombramientos, con relevos... todo cuanto hace Jose Luis Rodríguez Zapatero repercute en el hundimiento del Partido Socialista y en el crecimiento de un perderdor nato como Mariano Rajoy, que sin hacer nada, NADA, se verá aupado a la Moncloa sin necesidad de llevar a cabo ninguna reforma económica que le reste popularidad en su primer año en el Gobierno. Es la condena a muerte que se ha impuesto el propio Zapatero. Básicamente se está realizando el "trabajo sucio" al futuro Presidente de derechas. Abaratar el despido, congelar pensiones y sueldo a funcionarios, reducir déficit, recortar ayudas sociales... y así una medida detrás de otra que dilapidan la imagen del Gobierno y provocan el desencanto, el voto de castigo y hasta el hastío de una militancia que no encuentra ya palabras para defender al partido en su entorno.
El panorama al que se enfrentará Rajoy vendrá en bandeja de plata. Será a finales de 2012 cuando el PIB crecerá de nuevo sostenidamente, comenzará a crearse empleo y mejorará la confianza de los consumidores. Y todo ello en gran parte provocado por las medidas de recorte presupuestario que está llevando a cabo Zapatero pero con la "desgracia" para el derrotado líder progresista de que su imagen estará ligada de cara al electorado al desempleo, los recortes y la derrota electoral. Mientras en la esquina opuesta del cuadrilátero, su rival recibe elogios de superávit en cuentas públicas, creación de empleo y a buen seguro aumento de pensiones y nuevas medidas sociales como la vuelta del cheque bebé (aunque sea con 1.000€). La gloria de la foto con viejecita abrazada a Mariano Rajoy tras el anuncio de una subida de pensiones mínimas, la verá Jose Luis Rodríguez Zapatero desde su casa con el desdén de quien se sabe la cabeza de turco que ha tendido su abrigo para que los zapatos de su rival no se manchen. Y no me cabe duda de que esto marcará la historia electoral de este país.
Pese al crecimiento de la economía española durante los primeros cuatro años de Gobierno Zapatero se arrastrará entre la opinión pública y mediática que los dos Gobiernos de izquierdas sumieron a España en una crisis económica abismal. Mientras el Partido Popular terminará por ser el partido que nos saca de las catástrofes económicas provocadas por la izquierda. Seguramente de forma injusta, por cierto. Puesto que la llegada de José María Aznar y la primera recuperación económica coincidió con la avalancha de fondos europeos que recibió España (dilapidados, en mi opinión en barbaridades como las autopistas R de Madrid, por ejemplo) y con el desarrollo de una economía basada absolutamente en la construcción de viviendas. Y en el caso de Mariano Rajoy su llegada se basará en los nuevos y masivos movimientos de capital tras superar el miedo a la crisis económica actual. Luego vendrán las fotos, como la de la viejecita, las gráficas de una economía evidentemente cíclica pero que diferenciará el color rojo por debajo del cero, del color azul por encima. Vendrán las políticas sociales vendidas a la opinión pública como una mejor gestión de los recursos.
En definitiva, con mayoría absoluta o no, Rajoy será el futuro presidente, más por desmerecimiento de su rival que por sí mismo, pero será Presidente. Y no habrá corrupción valenciana, ni final de ETA que lo impida. El camino está sembrado.