16 febrero, 2009

Don Luís Herrero... o el Conde de Bruselas

Empezaré dirigiéndome a cualquiera que tenga a bien leer estas líneas. Será una simple pregunta: ¿escucha usted la COPE o ve el canal INTERECONOMÍA TV? Si su respuesta es no, se habrá dado cuenta de algo muy simple: de Luís Herrero, saberse... hace una semana se sabía muy poco. Y hoy no se nos ha aparecido en el plato de la sopa de milagro.
Pero claro, tenemos encima unas elecciónes autonómicas que serán la antesala de la Europeas. Sí, sí... ha de saber usted que Luís Herrero es un ilustre eurodiputado del Partido Popular Europeo. Con sus dietas y todo. Un señor del que no escuchábamos ni una palabra los que no seguimos ninguno de los medios afines al Partido Popular. Pero que, ¡oh, curiosidades del destino!, ha tenido un incidente diplomático este fin de semana que lo ha lanzado a todos los medios de comunicación.
Desconozco si el dietista Luís Herrero se ha dejado quiar por Jorge Moragas en todo esto. Un Moragas del que poco se sabía antes de octubre del 2004 hasta su, ¡oh, curiosidades del destino!, incidente diplomático en Cuba. Un demócrata en apuros a manos de dictadores latinoamericanos. Pero lo que está claro es que la jugada le ha salido bien.
La noticia me ha llevado a leerme bien la crónica de los hechos en EL MUNDO (edición de papel y sitio web). Incluso he enviado una pregunta al señor Herrero que desconozco que si en su "Encuentro" del miércoles 18 con los lectores de ELMUNDO.es responderá. He dejado un comentario en el foro de opinión de la noticia y me he dedicado a leer los comentarios de otros lectores. El tema me ha resultado interesante desde el principio y he seguido paso a paso cualquier declaración pública al respecto. Pero, ¡oh, curiosidades del destino!, las opiniones de los lectores de ELMUNDO.es han desaparecido. Ya no existe ese foro abierto, que realmente había tenido un éxito sin precedentes, puesto que hoy lunes por la mañana contaba ya con 735 comentarios (curioseando entre los otros foros de opinión, pocos pasaban de más de 200 intervenciones). Qué ha pasado entonces? Que cualquier vínculo directo al foro de opinión se ha eliminado. El motivo es bien simple. El señor Herrero estaba recibiendo una abrumadora mayoría de bofetones públicos. Ello parece haber llevado a la redacción de ELMUNDO.es a cortar por lo sano y eliminar cualquier rastro de estas opiniones.
No me esperaba esto de este medio de comunicación, la verdad. Pero hemos de entender que Luís Herrero es muy de la cuerda de Pedro J. Ramírez y los poyuelos siempre se meten debajo del ala de la matriarca cuando hay peligro. Y en este sentido, ELMUNDO.es ha actuado cual buitre protegiendo a un afín. Pero uno que es muy maniático, se ha rebanado los sesos para SÓLO A TRAVÉS DE OTRO FORO DE OPINIÓN, poder acceder al índice de temas y encontrar el vínculo "liquidado". Lo podrán comprobar aquí.
Ah! Una cosa más... cada minuto que Luís Herrero ha estado en pantalla es un minuto menos que se ha hablado de los Correa, López, Aguirres, Ali-Babá y los 40 ladrones. Pero, ¡oh, será otra casualidad del destino!
Por cierto, en este video podemos ver el cambio en las declaraciones de Luís Herrero. Primero que si un secuestro... luego que si el trato exquisito... aclárese señor Herrero. A quién llamaba usted? A Pedro J. Ramírez? A álguien de su partido? A un diplomático? Quién le asesora para que cambie esa opinión de trato correctísimo a un acto dictatorial?

11 enero, 2009

Cállese, Señor Aznar

Me paro a pensar en nuestra historia democrática y en los Presidentes del Gobierno que hemos disfrutado o padecido, pocas veces recuerdo palabras pronunciadas por ex-presidentes. Recuerdo al gran Adolfo Suárez poniendo cordura. A Calvo Sotelo anteponiendo los “de ahora” a los “de antes”. Alguna que otra salida de tono de Felipe González... Ni siquiera los dirigentes del franquismo nos molestan. Y ESO SE AGRADECE.

Porque la política es algo tan cambiante que si dirigentes del pasado nos contaminan podemos no solo acabar aborreciendo a los de ahora, sino destestando también nuestro pasado político. Hasta ahora vivíamos con la sensación de poder decir, cada uno a su manera, aquello tan manido de “cualquier tiempo pasado fue mejor”. Tanto unos como otros.

Pero hace ya tiempo que un dirigente del pasado se dedica a agarrarse a la oponión pública como una sanguijuela deseosa de sangre fresca. Va y viene. Molesta... se mete debajo de la alfombra... vuelve a molestar...

Personalmente me resulta bochornoso que un ex-dirigente se dirija a la opinión pública y pretenda darle lecciones de “saber estar”. No me gusta que me digan lo que es correcto o incorrecto. O que se critique a la Administración Pública en una reunión de bodegueros, tratando de hacer gracias acerca de lo mucho y bien que un señor sabe beber cuando conduce. Pero oye... cada cual con su idea de la seguridad vial.

Lo que ya no es que me disguste, sino que me parece una absoluta falta de decencia es dirigirse a los lectores de una publicación como Vanity Fair y lanzar al aire una crítica a la ciudadanía norteamericana de tal calibre que yo propondría desde ya a José María Aznar (por si quedaban dudas del personaje en cuestión) como número uno en la lista de personas non gratas en los Estados Unidos. Contemplo incrédulo cómo este insigne ex-presidente, al que se le intenta tildar como el mejor presidente que ha habido y, por supuesto, jamás habrá en la historia de España, tacha las elecciones americanas como un exotismo histórico. Pobres americanos. Han tenido que pasar 230 años para que un señor de bigote, inspector de Hacienda salido de Valladolid les abra los ojos por haber puesto un negrito en la casa blanca. Un exotismo, como quien se compra un abrigo transgresor con los cánones de la moda o se tiñe el pelo de colores. Pobrecitos americanos que delegan su futuro a un negrito que no sólo les va a decepcionar, sino que va a ser un absoluto desastre económico.

Y yo me paro a pensar... entonces ¿quién es el estadista que el americano y el ciudadano del mundo de hoy necesita? La respuesta de este señor es clara y concisa. Los designios del mundo y por supuesto de 300 millones de americanos deberían seguir en manos de George W. Bush.

Es decir, según nuestro insigne analista político, los lectores de Vanity Fair deben de saber antes de irse a la cama o limpiarse tras una deposición amenizada con una lectura de tal calibre que la sociedad americana caerá en un desastre económico con Barak Obama. Átense los machos, ya que los tiempos de bonanza económica de George W. Bush, en los que el sistema financiero se tambalea, se superan todos los registros de destrucción de empleo, se contravienen todos los cánones del liberalismo económico mediante la intervención pública de empresas y de bancos, se descubren estafas récord de ex-dirigentes de índices bursátiles... toda esta panacea de la economía capitalista puede derivar en un desastre económico porque los americanos han confiado su futuro a un negrito.

Es el exotismo por el exotismo. Hay quien se deja el pelo largo a los 50 años... y quien pone a un afro en la Casa Blanca.

Cállese, Señor Aznar. CÁ-LLE-SE.