Esperanza Aguirre está demostrando últimamente una capacidad de oportunismo político que, en mi opinión, la está aupando dentro del PP a niveles con los que nadie en su partido contaba hace un par de años.
Esperanza, fue salvada por los pelos gracias a Tamayo y Sáez cuando su carrera política amenazaba con volver al Senado (su cara de derrota en el balcón de Calle Génova mientras Aznar le levantaba el brazo cuando Simancas ganó las elecciones lo decía todo). Pero ahora está dando pasos de gigante a tal ritmo que el propio Rajoy se ve eclipsado en sus actos públicos. Que Rajoy se cae con un helicóptero, allí está Esperanza, para salir la primera del helicóptero. Que se inaugura la T4 de Barajas... pues ahí está Esperanza para la inauguración y el discurso, pero nunca para las críticas por el mal servicio. Que la Ley contra el Consumo de Tabaco pasa a las Comunidades.... pues ahí está Esperanza para decir que en Madrid a ella no le da la gana hacer lo que "se supone que dice" la Ley, así que su reglamento dirá que se puede fumar en bodas, bautizos y comuniones.
Esperanza es la baza de parte del PP ante un posible fiasco (otro más) de Mariano Rajoy en las próximas elecciones generales. El PP pese a tenerlo todo a su favor, sigue sin recortar un sólo votante de izquierdas y la gente del partido se empieza a poner nerviosa. Su partido es una piña (descontando Cataluña), pero Rajoy no consigue ni un voto más de los que ya tiene.
Eso sí, a mí no me engaña como a los madrileños cuando dijo que reduciría las listas de espera de la sanidad pública y lo único que hizo fue calcular el tiempo desde que se hacen las pruebas pre-diagnósticas y no desde el momento en el que se le dice al paciente que se tiene que operar. Muy inteligente Esperanza... pero fue trampa.
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